jueves, 30 de julio de 2009

Perdón


Perdón por no querernos, perdón por no respetarnos, perdón por aprovecharnos de la fe de la gente, perdón por la avaricia, perdón por el odio, perdón por no superarme cada día, perdón por mis días sin lucha, perdón por haber perdido tiempo, perdón por ser un desastre, perdón por las guerras, perdón por mis tormentas en la cabeza, perdón por no saber comprender, perdón por el tiempo que invertisteis en mi, perdón por las armas, perdón por nuestra falta de criterio… Perdón por existir.
No es un perdón hacia Dios, pues aunque quisiera pedírselo, no existe. Es un perdón a mi sublime existencia, a mis lágrimas resignadas, pues ellas, no tienen la culpa de nada. Es un perdón por haber aprendido que la mayor manifestación no se hace gritando ni con pancartas, sino con el trabajo, la constancia, pues en un mundo individualista, hay que tratar de estar cualificados individualmente para luego colectivamente, poder convivir. Es en cierto modo, utilizar la mismas armas que te da el sistema para utilizarlo contra el sistema. Hay que acabar con la tontería humana, la tontería colectiva.
La foto es la elegida por mí, para rendir un homenaje a la cultura de este país, un cuadro precioso, muy representativos para ilustres pensadores, y que tan solo se encuentra a 25 minutos de mi casa, en el Museo del Prado.

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