domingo, 5 de junio de 2011

La "lógica" de las privatizaciones


Existe la extendida creencia de que el dinero público no es de nadie y sí lo es: nuestro. Procede de nuestros impuestos, de nuestra contribución a la sociedad para que desde la política se puedan aminorar las desigualdades y toda la población disponga de los bienes y los servicios públicos que garantizan mayor equidad y mejor calidad de vida. Para que se desarrollen y progresen los derechos civiles, políticos y económicos todos. Bueno, ya me perdonarán el mecanicismo, pero eso era más o menos así –por lo menos en Europa- hasta que se derrumbaron todas las murallas de contención de los capitales industriales y financieros y comenzó la gran carrera privatizadora.
Por lo que a las empresas públicas se refiere, seguidos oyendo la versión dominante (les ahorro las de otras escuelas económicas) de que los privado es más eficiente que lo público. A pesar de que Stiglitz y otros denuncian este engaño como una de las grandes falacias de nuestro tiempo se repite machaconamente como argumento indiscutible con el fin de que los capitales privados disponga de nuevas bandas de expansión a costa de lo que es de la ciudadanía, pagado con los impuestos de la ciudadanía. De hecho, a lo que más se parece la privatización de empresas públicas en muchos casos es a un robo con desfalco que debería figurar en el Código Penal.
A la avidez de empresarios privados se une la visión miope y poco democrática de los políticos echando mano de lo público como si les perteneciera en exclusiva para servir intereses de parte y conseguir ingresos a corto plazo (ingresos que muchas veces se convierten en subvenciones millonarias, a fondo perdido, para las mismas empresas privadas que difunden el embuste de la poca eficiencia de las empresas públicas). Hay mil y una maneras de privatizas y mil y una maneras de disimular la piratería.

Extracto del libro Reacciona a cargo de Àngels Martínez i Castells

4 comentarios:

Sara_C dijo...

Buenas tardes Don Sandalio, aunque no se si yo debería llamarte asi...
Creo que me reconociste en el metro el otro día, aunque me pareció que no quisiste mirarme demasiado.
Me costó, pero al final sabía con seguridad que eras tú, a pesar de tu gran cambio.
Aunque no me atreví a decir nada, me hizo ilusión volver a verte espero que todo te vaya muy bien.
Un beso.

Don Sandalio dijo...

Las pistas que das son claras, pues no suelo ir demasiado en metro... Y respecto a mi cambio, debe ser que llevas sin verme demasiado tiempo (5 o 6 años).
Lo cierto es que vivo en el más extremo despiste y no supe ver quien eras, aunque mi mirada fuera en tu dirección, siempre voy con 4000 cosas en la cabeza. Lo siento.

Sara_C dijo...

Por lo que dices del tiempo que hace que no te veo, si sabes quien soy, ¿no?
Imagino que lo habrás deducido por el nombre y la inicial.
Pensé que tampoco quisiste decirme nada, o que ibas demasiado entretenido en tu conversación con una niña rubia sobre dientes y calcio.
¿Ya no vives por aqui?
Y si, tu cambio ha sido radical, como si fueras otra persona... quizá lo seas.
Un abrazo.

Don Sandalio dijo...

Claro que sé quien eres. Hace ya 4 años que me emancipé, y ahora vivo en Getafe, donde no me puedo quejar de mi situación.

En 5 años, y las edades que tenemos ambos, lo raro y triste (a mi modo de ver) es no haber cambiado o evolucionado hacia algún lugar. Y yo he evolucionado hacia un sitio en el que me siento más a gusto, y eso no está del todo mal.

Un saludín.