Sobre esta frase, quisiera hoy reflexionar, tras un parón obligado por las circunstancias de la vida, la cual, sigo luchando. Es una frase tan simple, pero tan sublime a la vez. Esa belleza que no muchos comprenden, que quieren ignorar y le hacen sentir a uno preso de algún tipo de locura. La belleza de pensamiento, de la razón, de comprender a un planeta que aún enfermo, sigue ofreciendo lo mejor de si mismo día a día, de menospreciar la fusión natural con la naturaleza. De no saber valorar la belleza de la salud, personas que son presas en su tiempo de ocio. Y para todo ello, no necesitas lo que esta sociedad ve tan indispensables ofrecer. Disfrutar del llover, del nevar, del sol y de la luna. Disfrutar de las sonrisas, de los abrazos nocturnos y de la tranquilidad.
Yo, desde este rincón de palabras, proclamo la liberación del pensamiento, evoco por un mundo en eterna meditación.
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