jueves, 15 de diciembre de 2011

La revolución no es gratuita


La revolución no es gratuita, en ella hay ingredientes muy variados, hay esfuerzo, lágrimas, ilusión, aprendizaje, corazón, indignación, pero hoy, me quedaré con dos de esas sensaciones que hacen que la revolución, que aun no siendo gratuita (pues a ella hay dedicarle muchísimas horas) sea gratificante, y que afianza las convicciones ya existentes en mi interior.

La primera de ellas son las lágrimas, que llega siempre acompañado del retumbar del pecho (que es la segunda), con una sensibilidad a flor de piel, al ver situaciones que sólo podía imaginar en mis más orgásmicas masturbaciones mentales.
La colectividad que dentro de la revolución se está manifestando, es en mucho de los casos, ilusionante. De ella, siempre se aprende algo nuevo cada día.

El camino puede comenzar por admitir nuestro papel de consumistas, y jugar en ese papel para dar un cambio real en nuestras vidas, y en nuestra manera de concebirla. Hay que lanzar a la calle el órdago de saber que hay detrás de cada producto que consumimos minoritaria o mayoritariamente (calidad del producto, en qué condiciones están los trabajadores, la sostenibilidad al crear ese producto).

ESTAMOS EN MARCHA, Y AHORA, RESULTA IMPOSIBLE PARARLO. LA REVOLUCIÓN CAUTIVA.

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