sábado, 13 de febrero de 2010

Dolor

Dolor, inundando mis circunstancias, inundando mi decepción, se estremecen en mí, los pilares básicos de mi edificio emocional. Me siento herido, incomprendido, echado a los leones del cinismo, siendo acusado de problemas, afirmando en el fondo, que en mí residen la raíz a todos los problemas. A menudo, siento la estraña afición a jugar con pequeños sentimientos, para plasmarlo en palabras, pero ahora siento esta inundación de decepción, que más que palabras, siento fuego en mis dedos. Esperaré aque llegue la fragilidad de la noche, para que Rocío, tan presente en mis escritos, me inunde de caricias, abrazos y tranquilidad, como bien le expresaba al Sr Ruiz Alfaro en un email. Dolor, inundando mis entrañas, de veneno que no tiene excusas, sólo cinismo.

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