sábado, 8 de mayo de 2010

En las ruinas del catolicismo.


¡TON TON! ¡TON TON! Suenan las campanas en la catedral de la Magdalena, suenan en señal de duelo por el fallecimiento de uno de sus feligreses. Lamentan la muerte de este ciudadano ejemplar, de este católico fiel y apasionado. En aquel momento, no puedo sentir más que asco ante la hipocresía que se vende en forma de redobles de campanas. Mi mente, al oír esas campanas reacciona de inmediato pensando: “Si sonaran las campanas por cada muerte perpetrada por el catolicismo, sería algo así como un apocalipsis. Si sonaran por cada ser humano expulsado, mutilado, torturado por la iglesia, esa misma iglesia que en estos momentos llora la muerte de su ciudadano ejemplar… ¡Bendita hipocresía! ”


Foto: Catedral de la Magdalena (Getafe)

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