Debajo de mi hogar, tengo a Ignatius Reilly, aquel estrambótico personaje de "La conjura de los necios" es un vecino paranoico, obsesivo y posesivo. Hay ocasiones en las que creo que me observa, cuando cojo el correo, cuando voy a trabajar, cuando vengo de trabajar, en ocasiones, al estar casi saliendo por la puerta del portal, abre su puerta, mira, y vuelve a cerrarla. Cuando paseo cerca de su terraza, lo veo entre las cortinas, observando inquisitivamente. Mira con desprecio, como buscando en tu vida algún resquicio por el cual hundirte. Esto o que se aburre mucho el pobre hombre.
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