Hoy he leído en las noticias, que una mujer ha muerto a manos de su marido, la estranguló hasta matarla según comento él mismo a la guardia civil, a la que se entregó un día después del asesinato.
Hoy he leído en las noticias que Berlusconi no piensa dimitir, ni tiene intención de prestar declaración ante los tribunales por la acusación de ser cliente de una prostituta menor de edad, a la que invito en numerosas ocasiones a sus dudosas fiestas.
Hoy he leído en las noticias que Vogue ha utilizado a niñas de entre 5 y 7 años en unas fotos en las que aparecen vestidas como unas modelos adultas, maquilladas como puercas, calzadas con zapato de tacón y posando en posturas, supuestamente provocativas, según los dudosos cánones de belleza de la fotografía de moda, unos cánones que sostienen que poner cara de chupona y de no estar pensando en nada más que en la belleza de una misma, es el colmo de la sensualidad.
Hoy he leído todas estas noticias, y todo me ha parecido una misma secuencia, la secuencia de una película estúpida, mala, siniestra y barata que termina en un trágico final.
La película empieza con unas niñas a la que sus padres venden por unos cuartos y un supuesto creador de moda, convierte en objeto de deseo del hombre, la suben en tacones como quien sube una estatua en un pedestal, para convertirla en un trozo de piedra, en un jarrón al que admirar, al que poder tocar y colocar donde uno quiera, para adornarle al hombre la vida.
Propongo una fotografía mucho más impactante en respuesta a esta, la de los padres en pañales jugando con su propia mierda, porque está claro que están de ella hasta el cuello.
La película continua en la mansión del primer ministro italiano, el lamentablemente famoso Berlusconi , al que llaman “Il Cavalliere”, pero no por su exquisita educación, sino por que presume de cabalgar sobre muchos lomos, así lo diría él en su desenfadado lenguaje que a mí, sinceramente, me enfada y desagrada sobremanera.
A esa mansión acuden cientos de jovencitas sólo un poquito más crecidas que las niñas de las fotos de Vogue, las niñas que han aprendido a posar y a ser el objeto de deseo del hombre, se pasean en sus tacones para el toqueteo de los hombres poderosos que abusan de su poder.
Y llegamos al final de esta sórdida película, el dormitorio de una casa cualquiera, un matrimonio cualquiera, un hombre que estrangula a su mujer hasta matarla, ese hombre ha visto a las niñas subidas en el pedestal de sus tacones actuando como reclamo para un hombre como él, después ha visto a esas mismas niñas como las damas de compañía y de cama de los hombres más poderosos, y ha visto anuncios, anuncios y más anuncios de mujeres convertidas en percheros de un vestido, en objeto de sus fantasías sexuales, un objeto al alcance de su mano y de sus deseos, pero su mujer no cumple sus deseos o no se pliega a ellos, entonces, él alarga sus dos manos, pero no para tocarla, sino para…destruirla, porque piensa que ese objeto le pertenece, y cuando el objeto deja de funcionar, se tira.
No me gusta que se utilice a las mujeres cansina y dañinamente para convertirlas en la imagen de deseo de los hombres, incluso desde que tienen 5 años. No se deben censurar las fotos, pero sí se deben afear para sus productores y promotores, como ellos han afeado a esas niñas pretendiendo hacer lo contrario. Creo que de ahí viene, no sólo el maltrato que acaba en tragedia, sino también las otras formas de maltrato diario que soportan las mujeres. Estar siempre espléndidas, cuidarse, no envejecer, resultar atractivas para el macho, responder a esa imagen de belleza idealizada por el Photoshop.
Una película que se titulará “Un día en la vida”, una película que se repite todos los días, una película que estoy harto de ver ¿Cuánto lo estarán las mujeres?
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